rechazo y autoexclusión
Verdaderamente existe un rechazo por la sociedad
(hacia el sado o bdsm) pero, ¿a veces no hay tambien un poco de autoexclusion en estos temas y recelamos cuando alguien se
acerca o está entre nosotros y nos pregunta directamente ... pensando mil cosas ... ?
De hecho no solemos confesar
abiertamente nuestros gustos sexuales, en la llamada vida "real" pero, además de por el temor a un rechazo, basado en la incomprensión
y la imagen deformada que de este mundo tiene mucha gente (nosotros mismos, al empezar) creo que también es porque el sexo
y el sentimiento forma parte (la más importante, quizás) de tu
intimidad y a nadie le importa cómo la vives, creo yo (aunque
fuera la cosa más "inocente" del mundo ... que lo es ;-)
intimidad y vida privada
Ésta es, tan sólo, una postura personal, que podría
extenderse a otras opciones sexuales (de hecho, no todos los gays comparten la "necesidad" de salir del armario y celebrar
públicamente el "día del orgullo gay")
Y yo soy de los que piensan que vida "privada"
significa precisamente eso: una cosa que se "priva" del conocimiento "público" (o del pueblo) y la historia de la civilización
no es sino una lucha por ir ampliando el ámbito de intimidad y privacidad frente a la intromisión del Poder, y de los demás
(en origen todo era público, no existía la vida privada; a ello responde el mito de la desnudez del paraíso y la hoja de parra)
¿salir de la mazmorra?
Y respecto al orgullo, digo lo mismo que sobre la intimidad, yo lo comparto con quien quiero y con quien sé que lo
va a comprender, las personas que quiero y que piensan y sienten como yo; aunque no por ello descarto, sino al contrario,
explicarle todo lo que haga falta a quien se acerca de buena fe y con interés real o verdadera curiosidad (sana o malsana,
jeje) pues ya sabéis que es algo que me encanta hacer.
Así que ... nada de auto-exclusión, reservo mi
intimidad y la comparto con quien quiero; en todo caso soy yo el que excluye de mi intimidad a los zafios, a los mogigatos
y a aquéllos que critican lo que, desconociéndolo, temen (que, a veces, es lo mismo que "desean", pero no se atreven a hacer) ;
y lo mismo puedo decir del
"orgullo", lo demuestro sólo ante quien lo valora y, muy especialmente, mi sumisa, que es la que mejor puede entender el orgullo
de sentirme su Dueño.