El otro día escuchaba por casualidad en la radio un mini-programa
sobre la doma y la cría caballar, y decía el criador y domador de "puras sangres" que unos dos meses era el tiempo normal
y mínimo para que un caballo te reconozca como su "Dueño".
Y que eso se conseguía con mucho "contacto", y no precisamente
a base de darle fustazos, sino sobre todo hablándole y acariciándole, porque la obediencia se consigue por miedo, pero es
mucho mejor el respeto y confianza.
Por eso, me hace mucha "gracia" (resulta patético), cuando un niñato sadominguero
entra en un canal y se dirige a cualquier "sumisa" como si fuera "su" sumisa, al igual que las ¿sumisas? que te llaman
"mi Amo" a las primeras de cambio (como si fuera tan fácil llegar a albergar ese sentimiento).
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