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Ayúdame.
Estoy
ciega.
Mi
sed
me
ciega.
Cúbreme.
Estoy
desnuda.
Abre
las
puertas
de
mi reino.
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Esclavo
mío,
asume
tu
importancia,
dame
tu
ley.
Exijo
tu
fuerza.
¡Amame!
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La
tierra,
el
viento,
el
fuego,
el
mar
con
su oleaje...
¿Qué
importa,
dí,
qué
importa?
Me
bebo el Universo
en
tus labios,
amante.
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