Mordiendo, arañando,
gritando y aullando,
pateando, rugiendo,
buscando y encontrando.
Cavando en tu cara,
explorando en tu pelo,
ahondando en tus ojos
y hurgando en tus entrañas.
Para vivirte, para tenerte,
para hacete, para matarte,
para borrarte, para pintarte,
para existirte y para llorarte.
Para escribirte como una letra
-la de tu nombre y la de tu alma-,
para tatuarte como una llaga
sobre mi piel que es tu sudario.