1. Estaban solos. Ella, empezaba a calentarse. Él, encima, aún frío, pero
con su apéndice duro, horizontal, sobresaliendo. Pasaban los minutos y la situación se caldeaba. Ella, encendida, al rojo
vivo, logró transmitir su fuego a su impasible compañero, que notaba cómo se iba poniendo a cien. De repente, sintió que algo
en su interior bullía, hervía, pugnaba por salir; hasta que -en un momento- explotó. Notó cómo de su interior manaba un líquido
cálido que se desbordaba hasta derramarse sobre su compañera, profanando así su inmaculada superficie; lo que le hizo gemir
como una loca, al notar el contacto de esa leche, blanca y viscosa; caliente, pero no tanto como ella.
2. Habían hablado muchas veces de las marcas físicas y, especialmente, le
obsesionaban las marcas a fuego, como las que se hacen al ganado para indicar su propiedad, pero, al mismo tiempo, en el caso
de las ganaderías bravas, su casta. Encendió el fuego, esperó un buen rato hasta comprobar que el hierro se ponía al rojo
vivo, incandescente, y, entonces, la acercó a él, a una distancia prudente, sin tocarlo. Cuando creía que estaba lista, alargó
la mano, con tan mala fortuna que tocó el hierro con ella y, al final, fue él quien quedó marcado. Lanzó un grito y una maldición,
retiró la lasaña del horno, se echó agua a la quemadura, y siguieron hablando de marcas durante la cena.
3. Había sido un final muy agitado, un concierto de golpes y de ruidos.
Cuando, poco a poco, fueron cesando las convulsiones, Él retiró, una a una, las prendas de ella. Las depositaba, con cuidado,
en una mesa que tenía cerca y sobre la que ya estaba dispuesto muy ordenadamente (uno de los rasgos de su carácter era una
obsesión patológica por el control y el orden) el instrumental que necesitaba para el siguiente paso: unas gran variedad de
pinzas, en varios recipientes; de madera, en uno y de plástico, de muchos colores y formas, en otro. Pero cuál no sería su
sorpresa cuando, al retirar y extender su ropa interior, la vio teñida de un rojo intenso. ¡La sábana había vuelto a desteñir!
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