todos los 27 de julio
En el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid se conserva una de las más famosas reliquias del mundo: la sangre de San
Pantaleón, que todos los años, el 27 de julio, se vuelve líquida. La sangre, en estado sólido durante todo el año,
se licuefacciona [o licúa], como con la sangre de San Genaro, sin intervención humana. Esto ocurre en la víspera del aniversario
de su martirio, o sea, cada 26 de julio. Así lleva ocurriendo desde que la ampolla que la contiene ingresó en el
monasterio desde 1616. Entre 1914 y 1918, años de la Primera Guerra Mundial, o en 1936, fecha del comienzo de la Guerra Civil
española tal milagro no se repitió. Creyentes y curiosos se acercan cada año para contemplar tan curioso fenómeno.
Desde 1993 no se permite besar la reliquia. Un circuito cerrado de televisión muestra el milagro sin que corra peligro de
estropearse. Después de ser decapitado algún cristiano cogió parte de su sangre, así como otros pedazos de su cuerpo.
La sangre fue guardada en una ampolla de cristal, que terminó siendo regalada por el Papa Paulo V a Juan de Zúñiga, virrey
de España en Nápoles. Fue la mujer de éste quien la donó al monasterio, pues allí tomó los hábitos su única hija, Aldonza,
en 1611.
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